De cuando en cuando un proyecto tiene condiciones inmejorables. En este caso, un terreno espectacular inmerso en una isla artificial, con vista a la laguna del lugar y a un manglar, una pendiente a favor y por si fuera poco, unos magníficos clientes. Se trató entonces de insertar una casa a borde de mar y dadas las características del terreno, el proyecto se resolvió desde un estilo méxico-contemporáneo. El proyecto se desplanta con 461.62 m2 con un solar bastante irregular y una palmera nativa en el medio de este, en una de las costas más bellas del pacifico mexicano; Barra de Navidad.

La vivienda rompe con los esquemas comunes de las “casas de playa”, volviéndose un integrante silencioso, coexistiendo y exaltando en el contexto y sus factores y no rompiendo contra este. La casa es una experiencia sensorial completa: sentir, ver y sobretodo disfrutar.

El terreno exigía aprovechar todas las vistas a la laguna. Por esa razón se abrió por completo el acceso a las recamaras con ventanales y con una privacidad gracias a un polarizado inteligente el cual le dió un toque tech al diseño. Mobiliario fijo propuesto integralmente para cada área de la casa de tal manera que este se sienta parte de. Y por último, los espacios envueltos en prismas de color blanco, con los interiores de madera, se resguardan del exterior, sin dejar de ser integradas a su contexto.