Esta remodelación transforma una propiedad de dos niveles en una propuesta de hospedaje contemporáneo pensada para el viajero actual. Con una visión clara desde el inicio; funcionalidad, estética, amplitud y economía, se logra desdoblar la vivienda en dos departamentos dúplex, cada uno con todo lo necesario para una estadía cómoda: dos recámaras, centros de lavado y áreas bien resueltas para el descanso y la convivencia.

El diseño apuesta por una estética contemporánea sin excesos, integrando materiales honestos y cálidos. La piedra en fachada aporta carácter y sobriedad, haciendo que el inmueble destaque sin pretensiones. En el patio posterior, donde antes hubo un antiguo corral, se da nueva vida a un espacio que ahora invita al disfrute: se conservaron dos guayabos que regalan sombra, aroma y sabor, en un rincón ideal para tardes relajadas y charlas entre viajeros.

Este proyecto es un ejemplo de cómo resignificar espacios con historia puede abrir puertas a nuevas formas de habitar, compartir y generar experiencias, todo a partir de decisiones inteligentes y sensibles de diseño.